

Hoy he escuchado por quincuagésima vez la noticia de la niña inmigrante, de 10 años que ha parido un hermoso bebé, para nuestro pasmo y regocijo de sus padres.
Yo les deseo lo mejor, por supuesto, y también digo claramente que estoy muy sorprendida.
Supongo que ellos deben pensar que estamos locos por el gran revuelo que ha supuesto para nosotros una cosa que por sus costumbres ancestrales es normalísimo.
Por una parte ya se valora si es cierto que la niña tiene esa edad o es que la tenían así declarada por aquello de conseguir en nuestro maravilloso y siempre políticamente correcto país, más prebendas.
En cualquier caso no os preocupéis amigos, supongo que ésta familia conseguirá ayudas por todas partes, un entorno digno para ese niño, un futuro mejor para esa joven madre, un montón de facilidades para que no les falte de nada.... etc, etc, etc y por supuesto que si para ayudarles hace falta legalizarles a todos y traer aquí al resto de la familia, (que no se si es el caso), pues se hará, faltaría más....
Mientras, para los españoles las cosas son algo distintas.
Si tus hijos necesitan una beca y tienes un sueldo que sobrepasa en medio euro lo estipulado, se te deniega aunque tus hijos sean buenos estudiantes, incluso excelentes.
Si no tienes trabajo y no puedes hacer frente a tu hipoteca, se te echa de tu casa,
y la pierdes.
Si necesitas una operación de prótesis de cadera o de rodilla, que te permita andar, te toca esperar entre un año y medio a dos años, porque la lista de espera, que ya era lenta antes, ahora, con nuestro sistema de asistencia a todo el mundo, es larguísima....
En fín....
Pero no os engañéis, yo no estoy en absoluto en contra de que se ayude a todo el que lo necesite, en abosoluto,
es solo que como los de aquí parece que estamos en segundo lugar, vamos a acabar deseando ser de fuera para que nos hagan el mismo caso a nosotros que a ellos, y ésto son palabras de un amigo mío que trabaja en la Seguridad Social, o sea, que sabe bien lo que dice....
Y por si os lo estáis preguntando, os diré que no me he considerado nunca racista, pero sí que hay situaciones que me dan mucho que pensar, y creo que para que la xenofobia no se desate más pronto que tarde en éste nuestro país, más de un político debería ponerse las pilas y dejar de mirarse el ombligo.